Debería tener unos nueve o diez
años pero el recuerdo, aunque difuso y nubloso sigue lleno de colorido. Era el
día de Sant Jordi y recuerdo estar paseando esa tarde de la mano de mi madre
por Paseo de Gracia, observando a lado y lado las paradas de rosas y las
casetas de libros. Aún no le había cogido el gustillo a escribir, pero había
empezado a saborear mis primeras lecturas. Me pareció un escenario embelesador,
hipnotizante, casi mágico…
Sant Jordi huele a amor, a
primavera, a paseos en familia, a tradición y a libros. El ambiente está
impregnado de todos estos aromas y yo, año a año disfruto del paseo por las
Ramblas con los míos, con la rosa de mi pareja en la mano y un libro bajo el
brazo. Asomo la cabeza entre las mesas para curiosear, para saber el aspecto
que tienes esos grandes escritores en persona. He hecho cola con un libro en la
mano para que me lo firmase su autor y me he fotografiado con alguno de ellos...
Pero este año será diferente… Este año
no podré pasear por la tarde con mi familia y no haré cola para que me firmen
un libro, porque este Sant Jordi estaré EN EL OTRO LADO.
Pues sí, chicos… El día de Sant
Jordi, desde las seis hasta las ocho de la tarde, estaré firmando ejemplares de
“REC-Relatos para ensanchar costillas” en la carpa que la librería “El Racó del
llibre” de Rubí montará en la Plaça del Doctor Guardiet.
Y tengo muchos más sueños.
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